¿Qué es y qué no es el mindfulness?

¿Es el mindfulness una mera forma de cerrar los ojos y no pensar en nada? ¿Se trata de un truco para reducir el nivel de estrés?

La práctica del mindfulness, científicamente apoyada desde hace décadas, es mucho más que un truco o una mera práctica al uso. Lo explican en MBSR Linda Lehrhaupt y Petra Meibert.

«Dicho de la manera más sencilla, el mindfulness consiste en ser consciente, sin juzgar, de cada instante y se cultiva prestando intencionalmente atención a cosas en las que, por lo general, no se nos ocurre ni pensar. Su enfoque sistemático sirve para desarrollar en nuestra vida nuevos tipos de acción, control y sabiduría basados en nuestra capacidad interna para prestar atención y en la consciencia, visión profunda y compasión que emergen naturalmente cuando prestamos atención de un modo específico»

—Jon Kabat-Zinn, Vivir con plenitud las crisis

Me gustaría llamar la atención del lector sobre algunos elementos clave de la anterior descripción efectuada por Jon Kabat‐Zinn acerca de la mente. Nos referiremos a estos elementos de diferentes maneras a lo largo del libro, en especial en los ejercicios de mindfulness llevados a cabo en el MBSR.

Qué es el mindfulness

• El mindfulness se produce en el momento presente. Rara vez nos situamos en el momento presente. Cuando nos perdemos en los recuerdos del pasado o en la anticipación del futuro, solemos quedarnos atrapados de un modo que secuestra nuestra atención, haciendo que nos sea más difícil permanecer en los momentos cotidianos de nuestra vida.

• El mindfulness se entrena y fortalece. La práctica del mindfulness es comparable a los ejercicios de fortalecimiento muscular. De la misma manera que, cuando no ejercitamos nuestros músculos, estos se debilitan o atrofian, nuestra capacidad para el mindfulness también se debilita o atrofia cuando no hacemos uso de ella. La esencia del MBSR consiste en el entrenamiento sistemático del músculo del  mindfulness.

• El mindfulness puede ser cultivado. Cuando practicamos el mindfulness, cuidamos el jardín de nuestra vida, regándolo y ocupándonos de él. Todo sirve para alimentar este jardín, tanto las experiencias maravillosas de nuestra vida como las difíciles. Las experiencias difíciles en particular –o lo que un maestro de meditación denominaba «el abono de nuestra vida»– pueden aportar una rica fuente de alimento en el caso de que aprendamos a afrontarlas con consciencia.

• El entrenamiento en el mindfulness nos permite fortalecer nuestra capacidad de consciencia carente de juicios. Una de las primeras cosas que advertimos cuando practicamos mindfulness es el modo en que estamos atrapados en los juicios, ideas y opiniones acerca de las cosas y de nuestra vida en general.

A medida que continuamos la práctica del mindfulness, comprobamos que es posible dejar a un lado los juicios (al menos provisionalmente) y experimentar los diferentes aspectos de nuestra vida de una manera menos filtrada y más libre de nuestra estrechez de miras. A su vez, esto da lugar a una comprensión mejor y más clara de que tenemos la posibilidad de elegir. Poder ejercer esa opción se convierte en un paso consciente hacia la acción hecha con atención, en lugar de un desvío a la ingenuidad, la resignación o el comportamiento impulsivo.

  • El mindfulness nos da acceso a nuestra propia sabiduría, visión profunda y compasión. Si invertimos las sílabas de la palabra inglesa insight [visión profunda], se lee como sight in, que significa «ver dentro de nosotros mismos». El mindfulness desarrolla nuestra capacidad de mirar hacia dentro para acceder al fértil fundamento de sabiduría que sustenta nuestra vida.

Lo que no es la meditación mindfulness

  • La meditación mindfulness no es un viaje de la imaginación que nos anime a abandonarnos a las fantasías.

  • No es un ejercicio de relajación. Aunque es posible experi­mentar una sensación de relajación, tanto durante como después de la práctica, la relajación no es el objetivo.

  • La meditación mindfulness no trata de escapar del mundo y de nuestra realidad cotidiana. En el MBSR practicamos exac­tamente lo contrario, es decir, ser conscientes del momento presente tal como es, incluso si nos resulta doloroso.

  • No es una búsqueda de estados alternativos de conscien­cia, o que tenga que ver con el desarrollo de capacidades físicas o mentales que excedan lo ordinario.

  • La meditación mindfulness no consiste en dejar vacía nues­tra mente, aunque es un error común creer que su objetivo es quedarse con la mente en blanco.

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