El poema de la monja budista Dantika que escribió desde el Pico del Buitre

El libro Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias, antologizado por Jesús Aguado, es un título que recupera los versos atribuidos a diversas monjas budistas de la antigüedad. Estos poemas, como el que compartimos de Dantika, han sido largamente olvidados en las publicaciones acerca del budismo antiguo.

Dantika, para que nadie la distrajera de sus prácticas ascéticas, al principio, como hacían muchos de sus compañeros varones, se instaló en un bosque. Pero como algunas de las primeras monjas en hacer esto acabaron siendo violadas, pronto se estableció la norma de que las mujeres no podían adentrarse solas ni vivir en lugares apartados. Un día ascendió el Pico del Buitre para descansar después de la comida y le ocurrió lo que cuenta en el poema.

Subo al Pico del Buitre a descansar

de mi larga jornada

Desde allí se divisa

un río

y en él un elefante

que se baña feliz y luego sale

reluciente a la orilla.

Entonces llega un hombre

que porta un aguijón y que le ordena

con una voz potente

que adelante una pata.

Sumiso, el elefante

le obedece y el hombre

sube al cuello por ella.

¡Lo indomable domado!

¡Una fiera salvaje vuelta dócil!

Es esta la razón para instalarme

aislada en la espesura:

enseñar a mi mente

salvaje a obedecerme.

Dantika

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