¿Qué es un antihéroe?

En este fragmento del libro El viaje del héroe. Mitología, storytelling y transformación personal, el doctor en Historia del Arte, licenciado en Geografía e Historia y especialista en cine y contracultura Alexis Racionero Ragué explica con claridad y ejemplos fácilmente identificables qué se entiende por un antihéroe y en qué épocas recientes han cobrado presencia.

Cuando hablamos del arquetipo del antihéroe nos referimos al ser cotidiano, desprovisto de poderes e incluso, virtudes, que, sin embargo, se ve envuelto en una aventura o en una serie de pruebas que desafían su naturaleza para lograr un propósito particular y en ocasiones global.

Se puede decir que es gente corriente, sin atractivos ni fortalezas, que trasciende su rutina para enfrentarse a retos. En este sentido, casi todos los que estamos en la senda o el propósito del crecimiento personal somos antihéroes en camino de convertirnos en héroes, si logramos pequeños o grandes avances para el mundo que nos rodea.

El término antihéroe resulta bastante contemporáneo y está muy vinculado a la cultura cinematográfica y a la novela negra. El investigador privado de las películas, encarnado tantas veces por Humphrey Bogart, es un antihéroe que sobrevive en un mundo de corrupción, pero no se eleva a la categoría de héroe por su falta de virtudes y bienes comunes. Estamos ante un ser interesado y que trabaja contratado por dinero, solitario y taciturno, pero con la función de señalar los desperfectos de la sociedad. El investigador privado de una historia como El halcón maltés de Dashiel Hammett nos muestra un mundo movido por la ambición, la mentira y las traiciones. Al final, el halcón que debería ser de oro está hecho del material con el que se forjan los sueños, parafraseando a Shakespeare y su Tempestad. Esa es la lección final: la avaricia rompe el saco, y lo importante es el tesoro que se encuentra en nuestro interior, la esencia del viaje del héroe que nos ocupa.

El antihéroe es un arquetipo que es importante tener en cuenta, sobre todo porque nos remite a tiempos de crisis en los que la sociedad es capaz de realizar una autocrítica, asumiendo que las cosas no están muy bien. Históricamente, podemos poner como ejemplo la década de los 1970 en la sociedad americana, cuando finalizada la guerra de Vietnam y, ante acontecimientos como el escándalo Watergate, aparecieron múltiples antihéroes bajo la piel de periodistas, investigadores o policías de menor importancia.

En cambio, los tiempos sin autocrítica y con cierto militarismo como los de los años ochenta, se llenaron de superhéroes, resucitados de una década similar como fue la de los 1950.

No nos entretendremos en hablar de los superhéroes, porque se alejan un poco de nuestro centro de atención, pero sí merece la pena hacer mención a un personaje como el de Batman.

En este caso, estamos ante el único superhéroe y antihéroe, que se sacrifica por el bien de los demás y que protege la ciudad de Gotham, que ha debido cumplir su viaje iniciático de superación tras perder muy joven a sus padres.

Batman o Bruce Wayne es un ser común, sin ningún superpoder, más allá de su solvencia económica e inteligencia. En esta saga surgida en el mundo del cómic, aparece toda una galería de arquetipos con gran variedad de villanos, entre los que destaca el antagónico y carismático Joker, quien después de pasar por el histrionismo del clown creado por Jack Nicholson, encarnó las profundidades de la maldad humana con Heath Ledger, para acabar convertido en un icono de masas y antihéroe de una rebelión contra un sistema corrupto y represor en la piel de Joaquin Phoenix.

Sin duda, el mundo del cómic y sus arquetipos darían para mucho, pero no es la intención de este libro dar una visión completa de todos los héroes. Hasta este punto, se ha pretendido establecer la dualidad del héroe material y espiritual o la naturaleza del antihéroe o héroe cotidiano. Los primeros consiguen logros que pueden transformar el mundo y su sociedad, mientras que los últimos actúan sobre sí mismos y a menor escala.

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