El Yoga Sutra o el refinamiento del arte del pensamiento

Richard Freeman, autor de El espejo del yoga, desentraña diversos conceptos y significados clave del Yoga Sutra, el clásico y milenario texto fundacional sobre yoga escrito por el sabio Patañjali.

No se sabe mucho sobre la historia real del sabio Patañjali, el autor del Yoga Sūtra. La tradición lo considera una encarnación de la serpiente divina Ādi Śeṣa, el residuo primordial, que tiene una única cola pero una cantidad ilimitada de cabezas. Esta misma serpiente sirve de lecho para el dios Viṣṇu y toda la creación (el mundo); toma formas distintas para cumplir un papel secundario cuando sea necesario. Ādi Śeṣa es el arquetipo de la postura bien alineada del yoga, así como el residuo que se utiliza como material de meditación en el profundo samādhi. El nombre Patañjali significa “caído de la oración” o “caído de manos que rezan”. Según una versión, cuando su madre tomó en brazos a su bebé recién nacido, quedó tan sorprendida al ver su mitad serpentina que lo dejó caer; se deslizó entre sus manos, abiertas en oración. Más allá de la diversidad de historias sobre su origen, las explicaciones que el Yoga Sūtra ofrece acerca del camino del yoga han sido tan útiles y penetrantes que la gente considera que su autor es verdaderamente divino.

Muchos eruditos consideran que el Yoga Sūtra se compuso alrededor del año 250 a. C. Esto fue después del florecimiento de la escuela Mahāyāna del budismo, en la que prima un fuerte énfasis sobre la compasión y la doctrina no dual de la vacuidad. En el texto del Yoga Sūtra nos encontramos con muchísimos términos que son inusuales para la tradición del yoga, pero estos conceptos funcionan bien cuando los comparamos con textos del budismo. Esto es interesante de por sí porque demuestra que los pensadores dentro de los sistemas yógicos y budistas estaban en contacto y se influenciaban. El Yoga Sūtra se inicia con las palabras “atha yoga anuśānam”, que se traducen como “ahora la exposición del yoga”. La palabra atha significa “ahora” y en este caso se refiere al momento presente, el aquí y ahora. Este comienzo del Yoga Sūtra con la palabra ahora implica que hemos llegado finalmente al punto en el que estamos listos para indagar acerca de la verdad y experimentarla directamente. También implica que hemos intentado todo lo que se nos ocurre como un medio de aliviar nuestro sufrimiento: el sexo, las drogas y el rock and roll, la religión, la piedad y los seminarios de autoayuda. Pero nada de todo eso ha realmente funcionado, entonces ahora finalmente estamos listos para investigar la causa de raíz del sufrimiento y para explorar los métodos y el camino para eliminarlo.

El próximo aforismo que Patañjali ofrece es una definición breve y útil del yoga: “Yoga es el detenimiento de los movimientos de la mente” (yogaḥ citta vṛtti nirodaḥ). El término nirodha se puede interpretar de muchas formas. De hecho, en nuestro estudio del Yoga Sūtra, es valioso explorar las posibilidades diversas de significado que ofrecen los numerosos comentarios que sabios y eruditos han propuesto sobre diferentes sūtras a lo largo de varios siglos.

Nirodha puede significar el aquietamiento de las presentaciones de la mente, o puede significar el acto de soltar la agitación de la mente.

También puede significar el detenimiento total de las presentaciones de la mente; esto implica que algunos de los estados del yoga más profundos son experiencias que exceden el pensamiento y la construcción cognitiva. Cuando se produce esta quietud en la mente, se dice que el observador (que es, en su esencia, la consciencia pura, o el puruṣa en la terminología del Sāṁkhya) descansa libremente en su forma verdadera. Dicho de otra forma, ya no existe la identificación del observador con aquello que es observado: es decir, las construcciones de la mente (el prakṛti). Se dice que este es el primer estado o el primer destello de la iluminación o la liberación. En todos los otros estados, cuando la mente hace piruetas en forma de vṛttis, surge la percepción errónea y la identificación del observador con lo que sea que aparezca en la mente. Cuando esto ocurre, la tendencia natural de la mente es decaer en un estado que busca atrapar o rechazar el objeto de identificación, según el valor percibido de la presentación en relación al ego.

Cuando no se suspenden o no se perciben con lucidez a través del yoga, estas piruetas circulares del citta impiden el despliegue de la naturaleza orgánica y radiante de la consciencia pura; esta percepción errónea es la raíz de un gran sufrimiento.

Patañjali describe dos categorías para estas vueltas del citta. Algunas crean sufrimiento, y se llaman kliṣṭa. Otras, llamadas akliṣṭa, son neutras y no crean conflicto o sufrimiento.

Este es un punto de suma importancia que se establece desde el principio del Yoga Sūtra. Una gran cantidad de citta vṛttis son importantes y necesarios. Sirven de sostén para la meditación y proveen el contenido del pensamiento inteligente. El movimiento de los vṛttis que nos afligen se detiene gracias al trabajo de fondo que realizan aquellos que no nos afligen. De la misma manera, los vṛttis no molestos son absolutamente necesarios y también sueltan sus formas y estructuras a través de los estados y formas de meditación más profunda. Efectivamente, el yoga realmente mejora el proceso del pensar, en lugar de crear un estado catatónico.

Es importante recordar que, aunque los procesos más profundos del yoga nos conducen a un estado de absoluta quietud de los pensamientos, el yoga no es una práctica antipensamiento. En cambio, el yoga es el refinamiento del arte del pensamiento.

Dentro del cielo abierto de la compasión y la inteligencia, habilita el despliegue de líneas interconectadas de pensamiento. En lugar de rendirnos con una actitud desganada –“Vamos, los pensamientos nos han metido en todo este lío y mejor no pensemos en absoluto”– el yoga nos permite pensar de una forma clara y aguda. Es realmente asombroso contemplar la frecuencia y facilidad con las que este tema ha sido malinterpretado a lo largo de siglos. Este error es el resultado de la incapacidad de algunas personas de disfrutar de las paradojas del pensamiento que revela una práctica sana y equilibrada del yoga.

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