Captar la armonía del mundo con un haiku
Como explica Vicente Haya en su libro Aware, la armonía para los japoneses está en todas partes. Los haikus intentan captar este bello equilibrio en muy pocas palabras y versos y se fijan en especial en la naturaleza. El motivo para que los haijin (escritores de haikus) tengan el medio natural como centro lo define Haya con claridad: «La Naturaleza es la maestra del silencio, de la paz y de la tranquilidad. Es la fuente original de la armonía».
Sería inútil hablar de haiku sin referirnos a la armonía (wa). Sea poeta de haiku o no, quizá lo que más llama la atención de alguien que llega al país con sus primeros rudimentos de lectura del ideograma (kanji) es el tema de la “armonía”, del wa. Todo en Japón tiene que ver con la armonía. En matemática, por ejemplo, una “suma” es una armonía; literalmente, se dice en japonés: «La armonía de los ángulos de un triángulo es de 180 grados». Si uno habla de un papel típicamente japonés va a llamarlo wa-shi (literalmente “papel con armonía”), el japonés es el “idioma de la armonía” (wa-go), hay algas con armonía (wa-kame) y comidas con armonía (wa-shoku). Aliñar una ensalada (aeru) es “ponerle armonía”. Si uno quiere comer en un restaurante un filete de ternera está pidiendo, literalmente, “una vaca con armonía” (wa-gyû)... ¡Y hasta los bandidos japoneses que en los siglos de la Edad Media atemorizaban a los campesinos serían, en su pura literalidad, wa-kô (ladrones con armonía)!
Todo haijin debe comenzar su camino asumiendo que la finalidad de todo este quehacer que ahora emprende es llegar a armonizarse con la Naturaleza. La Naturaleza es la maestra del silencio, de la paz y de la tranquilidad. Es la fuente original de la armonía. Esta armonía tan precisa para que las relaciones humanas sean posible debe “descender” de la Naturaleza. Por eso se hace un musubi, un lazo, una unión, entre “lo que está arriba” (los kami) y los seres humanos. Para que el mundo humano llegue a ser fecundo debe lograr bañarse en la armonía de la Naturaleza. Cada año es un nuevo comienzo y una nueva oportunidad para los seres humanos, y el haiku así lo refleja:
Shiki ha usado la palabra wagô, literalmente “unión de armonías”. Pero, tal vez, de todos los términos que expresan la idea de “paz” y “calma”, el más frecuente en el haiku sea shizukesa, literalmente “silencio”. El silencio en Japón no necesariamente tiene que ser ausencia de sonido. Puede que todo esté en silencio y que no haya shizukesa y, al contrario, uno puede estar oyendo el canto de unas cigarras y que sí haya shizukesa, como en el haiku de Bashô:
La paz es silencio, aunque haya sonido. Lo molesto (urusai) es ruido, aunque haya silencio. El japonés es una lengua complicada porque el corazón de los japoneses es complejo. En japonés puedes oír cómo se dice literalmente «Me divirtió el silencio» (watakushi wa shizukesa o tanoshindeita), cuando uno ha estado en paz en cierto momento y cierto lugar. ¿Es la paz, el silencio “divertido” para nosotros? Esa frase resulta prácticamente intraducible en nuestra lengua.
Diríamos sin miedo a exagerar que miles de haikus hablan de la shizukesa de la Naturaleza. Por ejemplo, ese de Santôka que dice:
Aunque también hay otros términos japoneses que se utilizan para expresar esta sensación de paz y armonía con el todo, por ejemplo, yasuraka ni: