Breve historia del cannabis y por qué se ilegalizó la marihuana
Cuanto más aprendemos sobre el cannabis y los motivos por los que fue prohibido en los Estados Unidos, más nos damos cuenta de que la deshonestidad –y la codicia– nos ha abocado a las complejas leyes que tenemos hoy en día. Existen enormes discrepancias entre lo que nos dicen nuestros legisladores y lo que la ciencia y la experiencia afirman al respecto. No obstante, son varios los estados que han trabajado individualmente para revocar la legislación incumplida y devolver el acceso al cannabis a la gente, en especial a las personas que más lo necesitan para su salud y bienestar.
¿Cómo es que tantos de nosotros hemos llegado a una situación en la que teníamos –o tenemos– miedo del cannabis y de todo lo que este representa? ¿Por qué hemos creído en la definición equivocada de la marihuana como droga de entrada a otras sustancias? Para entender esta desafortunada evolución, tenemos que retroceder en el tiempo, primero para explorar cómo se ha utilizado el cannabis a lo largo de los siglos y, luego, para examinar las manipulaciones que llevaron a prohibirlo al gobierno de los Estados Unidos.
LA MARIHUANA COMO ANTIGUA PLANTA CURATIVA
El cannabis fue utilizado por primera vez por las civilizaciones antiguas en rituales espirituales y religiosos y como planta medicinal. Se sabe que las primeras plantas de cannabis proceden de Asia Central, en especial de Mongolia y de Siberia meridional. Los registros de las civilizaciones arcaicas muestran evidencias de que los seres humanos consumían cannabis de varias maneras, entre ellas:
Quemándolo e inhalando el humo
Triturado y mezclado con otras hierbas para confeccionar cataplasmas, bálsamos o ungüentos
Cocinándolo y destilándolo para elaborar tónicos o bebidas
Veamos ahora una cronología del uso del cannabis, que va desde el más remoto pasado hasta épocas más recientes. Debemos tener en cuenta que las prácticas que siguen no son necesariamente recomendables hoy en día.
1800 a.C. En las tabletas sumerias y acadias se hace referencia a una planta, que, según se cree, era cannabis, utilizada para los ataques epilépticos.
1700 a.C. Los papiros Ramesseum, un texto médico egipcio, describen el uso de cáñamo para tratar enfermedades oculares.
1550 a.C. Un antiguo documento médico egipcio, llamado papiro Ebers, menciona el uso del cannabis para reducir la inflamación. El documento recomienda, además, moler cannabis y mezclarlo con miel para «enfriar el útero y eliminar el calor». Las mujeres egipcias también utilizaban medicinalmente el cannabis para «curar la ira y la tristeza».
1213 a.C. Se cree que el faraón egipcio Ramsés el Grande utilizó el cannabis. En la década de 1980, los científicos descubrieron trazas de cannabis en sus restos momificados.
1000 a.C. Las prácticas ayurvédicas y árabes incorporaban el cannabis como afrodisíaco y analgésico. El bhang, una bebida tradicional india, es una mezcla de pasta de cannabis (confeccionada con toda la planta), leche, ghee y especias.
900 a.C. Según el historiador griego Heródoto, los escitas, nómadas del sur de Siberia, quemaban semillas de cáñamo para intoxicarse con el humo.
100 d.C. Un texto médico chino, conocido como Shén Nóng Bĕn Căo Jīng, o Clásico de Materia Médica de Shén Nóng, menciona los beneficios medicinales de las flores, semillas y hojas de la planta del cannabis.
200 d.C. En China, el cannabis se utilizaba como anestésico durante la cirugía. El cirujano Hua Tuo molía cannabis y lo mezclaba con vino para administrárselo a los pacientes.
800 d.C. El Al-Aqrabadhin Al-Saghir, el primer vademécum árabe que recoge los correspondientes efectos y aplicaciones de los medicamentos, describe cómo elaborar un jugo de semillas de cannabis mezclado con otras hierbas para ser administrado por vía intranasal con el fin de tratar las migrañas y el dolor uterino, así como prevenir los abortos.
1600 El cáñamo industrial llega a las colonias americanas y se cultiva en Jamestown, junto con el tabaco, para producir cuerdas, papel y textiles. En el año 1639, la corte de Massachusetts aprobó una ley que obligaba a los hogares a plantar cáñamo.
1700 El médico irlandés William O’Shaughnessy escribió sobre los beneficios medicinales del cannabis para el reumatismo y las náuseas causadas por el cólera. Las revistas médicas americanas mencionan el uso de semillas y raíz de cáñamo para tratar problemas de salud como la inflamación de la piel y la incontinencia. George Washington y Thomas Jefferson también cultivaban cáñamo en sus granjas.
1800 Se afirma que la reina Victoria tomaba una dosis mensual de cannabis, recetada por su médico, para calmar los dolores menstruales. En los Estados Unidos, se empleaba un jarabe medicinal que contenía cannabis para aliviar los dolores de cabeza, ayudar a conciliar el sueño y estimular el apetito. También se administraba, durante el parto, al principio de las contracciones para mitigar el dolor.
Así pues, a la vista de todas estas evidencias de siglos de uso medicinal del cannabis, ¿cómo terminó convirtiéndose en una sustancia ilegal? La explicación reside, en parte, en los esfuerzos concertados de unos cuantos hombres poderosos que, movidos por la intolerancia racial, el control del poder político y la codicia, influyeron en la forma en que el público percibía el cannabis, plantando las semillas de la estigmatización.
POR QUÉ SE ILEGALIZÓ LA MARIHUANA
No fue hasta principios del siglo XX cuando el cannabis pasó de recibir la consideración de una medicina versátil y natural a ser visto como una droga peligrosa. Este cambio comenzó cuando el Congreso aprobó, en el año 1906, la Pure Food and Drug Act, que desembocó en la creación de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos. [1] La ley exigía que el etiquetado de los productos advirtiese de la presencia de cualquiera de los 10 ingredientes que se consideraban «adictivos» o «peligrosos». Y el cannabis fue incluido en esa lista.
Tras la Revolución mexicana de 1910, los inmigrantes mexicanos, que utilizaban socialmente la planta de «marihuana», la trajeron a los Estados Unidos a través de la frontera mexicana. Si bien algunos estadounidenses, en particular las personas acomodadas de alto perfil, consumían cannabis con fines recreativos, otros comenzaron a asociarlo con las minorías, incluidos los afroamericanos, quienes también lo consumían. Este tipo de asociaciones fueron en gran medida negativas, y los medios de comunicación de la época no hicieron sino perpetuar este tipo de actitudes.
Durante el periodo de la Prohibición, veintinueve estados prohibieron el cannabis junto con el alcohol. En el año 1933, el comisionado de la Oficina Federal de Narcóticos, Harry Jacob Anslinger, declaró que el cannabis no hacía a la gente violenta, aunque señaló que el deseo de consumir drogas llevaba a algunas personas a cometer delitos con el fin de obtener dinero para comprar más; sin embargo, no tardaría en cambiar de opinión.
Tras ser levantada la Prohibición, la posición de Anslinger a favor de la supervisión por parte del Bureau of Prohibition fue eliminada en el año 1937. Comenzó entonces una campaña de desinformación que promovía la idea de que el cannabis hacía que algunas personas cayeran en arrebatos delirantes, lo que suponía un cambio drástico respecto a su postura de 1933.
El Gobierno Federal aprobó, en 1937, la Marihuana Tax Act, ilegalizando el uso de cannabis no medicinal. La ley fue redactada por Anslinger y presentada por el congresista de Carolina del Norte Robert L. Doughton. Aunque esta ley no penalizaba la posesión o el uso de la marihuana, sí incluía penas por violaciones en el proceso de distribución de la planta y el pago de impuestos, lo que resultó en multas de hasta 2.000 dólares y cinco años de prisión.
El ataque de Anslinger contra el cannabis le proporcionó una nueva batalla que librar en nombre del Gobierno de los Estados Unidos. Entre los secuaces de Anslinger que orquestaron campañas para denigrar el cannabis se encontraban William Randolph Hearst, John D. Rockefeller y Pierre du Pont, todos ellos hombres con inversiones que se veían amenazadas por el éxito de la industria del cáñamo, la cual producía papel, combustible biodiésel y muchos otros productos.
La Controlled Substances Act (CSA), aprobada en el año 1970, estableció la política federal de drogas de los Estados Unidos para regular la fabricación, importación, posesión, uso y distribución de ciertas sustancias, las cuales estaban clasificadas por «listas». El presidente Richard Nixon revocó la Marihuana Tax Act en 1970, y el cannabis pasó a formar parte de las drogas incluidas en la Lista I.
De acuerdo con la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA),[2] las sustancias de la Lista I se describen de la siguiente manera:
La droga o sustancia tiene un alto potencial adictivo.
La droga o sustancia no tiene actualmente, en los Estados Unidos, un uso médico consensuado para el tratamiento.
Existe falta de seguridad a la hora de utilizar la droga o la sustancia bajo supervisión médica.
De acuerdo con la ley federal de los Estados Unidos, no se pueden recetar las sustancias incluidas en la Lista I, como tampoco son fáciles de obtener para su uso clínico. Otras sustancias enumeradas en esa lista incluyen sales de baño psicoactivas, MDMA, heroína y LSD. Desde el punto de vista del consumidor, el escenario óptimo sería que el cannabis fuese legal y que hubiese algún tipo de control para garantizar la calidad y la seguridad, siendo fácilmente accesible a un precio asequible. La situación ideal sería que también tuviésemos un mejor acceso a la información sobre los productos elaborados con cannabis, incluidos los ingredientes, los resultados de las pruebas y los detalles sobre cómo aplicarlos correctamente.
Nuestra esperanza es que, cuanta más gente conozca los beneficios terapéuticos del cannabis, más se abogue por la legalización en términos que permitan que esta medicina natural sea más utilizada. Una manera de entender mejor cómo funciona medicinalmente la planta de cannabis es conocerla. En el próximo capítulo, revisaremos la biología del cannabis.
Notas:
En 1974, España se convierte en el primer país en despenalizar el consumo
de cannabis cuando el tribunal Supremo decide que su consumo no constituye un delito contra la salud pública. [N. del E.]
En Europa no se prohibió hasta 1925, cuando se celebró una revisión de la Convención Internacional del Opio en Ginebra. En esta ocasión, Egipto, China y los Estados Unidos propusieron la prohibición del hachís como parte del tratado, que anteriormente se centraba fundamentalmente en la cocaína y el opio. No fue hasta la Convención Única de Drogas de 1961 cuando se prohibió a nivel mundial. [N. del E.]